Roma no se construyó en un día, al igual que hace falta bastante tiempo para hacerse con uno de los preciados estandartes de la Copa Colegial. Pero tras más de un mes de actividad nos encontramos en las fases finales de la competición, y no es descabellado decir que el imperio Numantino de Arturo Soria, liderado por su emperador Rómulo Aguillaume, tiene la intención de conquistar la gloria. El camino hasta aquí no ha sido fácil, especialmente porque en estos Octavos de Final se plantaron ante ellos unos Tiburones que, aunque se viesen superados en talento y fundamentos, dieron una lección de esfuerzo e intención. Con hambre de dar la campanada, Virgen de Mirasierra parecía aguantar los incesantes arreones Numantinos, pero Rómulo Aguillaume sentenció con un descomunal tercer cuarto que acabó provocando el abultado 73-51 final.

Primer cuarto: Diego Ponz, primera avanzadilla

El partido daba comienzo rodeado por una enorme expectación. Con las gradas del Colegio Arturo Soria llenas hasta la bandera, había dos sensaciones reinando en la grada; la primera era la emoción y los nervios de un partido de Octavos, y la segunda: la incógnita por ver qué papel jugaría este revolucionario equipo de Virgen de Mirasierra del que tanto se estaba hablando en su primera participación en la Copa.

Los Tiburones abrieron el marcador desde la línea de personal, atacando al aro desde el primer instante. Pero tan solo unos segundos después Diego Ponz ya había provocado gritos de júbilo en los aficionados locales con un 'inesperado' triple. Ya desde el primer momento se pudo observar el liderazgo del pequeño, pero matón, Javier Olazarán, quien con un triplazo extremadamente bombeado y una sobria dirección de juego dirigía a Mirasierra hacia un prometedor encuentro.

Pero la respuesta de los de verde no tardó en llegar, y otra canasta tras pick & roll y una en forma de 2+1 a manos de Diego Ponz demostraban quién jugaba en casa y qué estilo de juego iban a adaptar los Numantinos: la impisición de su superioridad física. Los visitantes, que veían que Ponz no les daba respiro en la pintura (7 puntos ya para él), pidieron tiempo muerto para modificar estrategia, y a la salida del mismo, Pablo Muñoz anotaba consiguiendo el adicional para acercarse en el marcador. Justo antes de que finalizase el período, Beltrán García asumía galones y acaparando el balón se zafó de varios defensores en el 1x1 para dejarla suavemente contra tablero, 20-11.

Segundo cuarto: engrasando la maquinaria Numantina 

De la misma manera que en la que acabó el primer cuarto, comenzó el siguiente: aclarado y resolutivo uno contra uno por parte de un Beltrán García que no encontraba rival en el aspecto físico. ¡Qué superioridad! En ese momento, el conjunto entrenado por Joaquín María hizo una declaración de intenciones: revolucionar el juego con velocidad y algo de ‘caos’, dentro de un generoso juego colectivo. Y gracias a ello, jugadores exteriores como Javier Olazarán y Pablo Moreno pudieron sacarle ventajas a sus pares con vertiginosos y eléctricos cambios de ritmo.

Por parte de Arturo Soria, el base Rómulo Aguillaume seguía repartiendo y generando juego para sus compañeros buscando que todos ellos se metiesen en el partido. Por así decirlo se estaba jugando a lo que él quería. Una bombita que cayó con nieve tras salir de las manos de Pablo Moreno ponía a los Tiburones a tan solo 7 puntos de distancia, demostrando que no querían descolgarse tan pronto.

Aquí llegó la primera daga de Rómulo, que con ostentosa facilidad anotó desde más allá de 6,75 para poner los 10 de ventaja, una cifra que parecía escasa para la superioridad que estaban imponiendo en la zona. Y a pesar de que una majestuosa penetración en aro pasado tras reverso de Daniel Gómez dejaba decenas de caras de asombro, la réplica de Rómulo volvió a llegar en forma de lanzamiento de tres puntos. Los Numantinos no daban tregua a los visitantes, y las habilidades pasadoras de Rómulo Aguillaume no eran desaprovechadas por sus compañeros, como bien hizo Alejandro Hernández anotando a pesar del contacto para poner el 38 a 25 con el que se llegaba al descanso.

Tercer cuarto: cuatro triples de Rómulo abren brecha en el marcador

Tras el paso por vestuarios presenciamos 2 minutos muy espesos, dominados por imprecisiones y mucha precipitación. Una meritoria canasta de Javier Olazarán más un acelerado coast-to-coast de Daniel Gómez estuvieron cerca de meter el miedo en el cuerpo de los locales, pero estos anotaban con excesiva facilidad en cada ataque. Siempre siendo capaces de mantener los 10 de ventaja.

En una simple pero efectiva jugada de pizarra, Marc Ramírez asistía a Rómulo Aguillaume, que saliendo de una puerta atrás en la esquina izquierda anotaba un nuevo lanzamiento de tres puntos. Y cuando se trata de triples, la redundancia nunca molesta, y en el siguiente ataque Numantino se repitió la jugada con inversión de los roles: esta vez Marc García realizaba la puerta atrás en la esquina izquierda para anotar el triple a pase de Rómulo. Mirasierra ya caía por más de 15 puntos.

Con el partido ya prácticamente roto, Rómulo decidió jugarse un 1x1 sin ningún tipo de bloqueo o ayuda, y solventando desde unos 8 metros clavó otro triple en la cara de su defensor. Estaba en racha, y los murmullos de la grada lo corroboraban. Los de granate lograron un 2+1 que provocó algún grito de orgullo entre sus jugadores, pero es que Arturo Soria no daba opción, y en la siguiente jugada Rómulo pidió un bloqueo directo para, a pesar de no haber sacado ninguna ventaja con éste, repetir la gesta y sumar tres puntos más a su casillero. Pablo Flores, con indiferencia hacia lo que mostraba el electrónico, siguió peleando cada balón suelto, y con mucha garra e intensidad conseguía ser una auténtica pesadilla en la zona. Iría 20 abajo, pero estaba desesperando a sus contrincantes.

Rebañando segundas oportunidades y adueñándose de los rebotes, los jugadores de Mirasierra consiguieron que sus aficionados entonasen el mítico “¡sí se puede!” con algo de esperanza en sus gargantas. Y a todos nos habría gustado que los visitantes se metiesen de nuevo en la lucha por el encuentro, pero en la última posesión del cuarto, Alberto Ramos pidió a sus jugadores que repitiesen jugada; y con la misma puerta atrás (esta vez en la esquina opuesta) Rómulo Aguillaume sentenciaba con un triplazo sobre la bocina (y sobre dos defensores) que ponía el 62-40 en el tanteo.

Cuarto cuarto: sin éxito, pero Mirasierra lo intentó hasta el final

Este último período transcurrió de forma muy pausada y poco llamativa. Daniel Gómez protagonizó un par de acciones que buscaban lavarle la cara al partido, pero los bombazos Numantinos desde 6,75 llegaban de forma incesante. Y por si fuesen pocos, a esta fiesta triplista se unió Pablo Carrión con un triple de enorme parábola. Estaba claro que tenían el día desde más allá del arco...

En unos momentos muy calmados y ya sin mucha historia, Javier Olazarán seguía con la misma intensidad y explosividad del principio, y contrarrestando (también desde el triple) se reivindicaba como jugador insignia de los visitantes. Menudo partido había realizado el base Tiburón, nadie podrá acusarle de no haberlo intentando y no haberlo dado todo…

Y para la complacencia de la grada de Mirasierra, y para el bien de cualquier espectador, los visitantes no dejaron de defender ni un solo segundo (sin importar los continuos azotes que impartía Beltrán García anotando en cada ataque). Y robando infinidad de balones y luchando cada pelota como si les fuese la vida en ello, Virgen de Mirasierra logró que el 73-51 final fuese un resultado bastante más satisfactorio de lo que puede parecer numéricamente.

Los Numantinos quedan a la espera del sorteo que designe su rival en Cuartos de Final, y teniendo en cuenta la superioridad y facilidad con la juega su MVP, Rómulo Aguillaume, no sería de extrañar que Arturo Soria volviese a ser equipo finalista (como ya fue en 2014). Mientras que unos orgullosos Tiburones se despidieron entre aplausos que procedían de ambas aficiones, reconociendo el mérito y la dificultad que acarrea el haber llegado a los Octavos de Final en su debut copero.