El duelo masculino entre Recuerdo y Maravillas fue sin duda uno de los más emocionantes en lo que llevamos de Copa Colegial. Y a pesar de que cada equipo se encomendase a su ‘jugador franquicia’, ambas plantillas tuvieron que jugar todas sus cartas en un encuentro en el que todo se mantuvo igualado hasta el último minuto. Pero a pesar del apoyo de la afición local y de la tónica dominante que Recuerdo mantuvo durante casi 30 minutos, la emersión de Álvaro Rodríguez (13 puntos, 6 rebotes y 5 faltas recibidas en el último cuarto) ejerció de punto de inflexión para dar la victoria a los visitantes.

Primer cuarto: Fernando Román entusiasma a los espectadores

En la idiosincrasia de la Copa Colegial están los nervios y la presión que sienten los jugadores una vez suena el pitido inicial, pero este partido fue la excepción que rompe la norma y salieron enchufados desde el minuto uno de partido.

La motivación y la responsabilidad de representar a tu colegio suele encarnarse en imprecisiones y exceso de revoluciones, pero a Fernando Román la muñeca no le temblaba ni un ápice: empezaba el partido con dos crossovers que sentabron a su defensor y que levantaron a su público. Y a pesar del poderoso inicio en la pintura por parte de Santiago Álvarez, el MVP de Recuerdo volvía a dejar en el suelo a su par e incluso anotó un triple lejanísimo para ponerse por delante. Con visitas al 4,60 el Maravillas sumaba con cuentagotas, y ambos equipos perdían ‘el mojo’ en los lanzamientos.

Y tras unos últimos minutos de descontrol y sucesiones de contraataques que terminaban en pérdidas, otro lanzamiento de tres puntos de Fernando Román y la réplica en forma de vistosa penetración por parte de Enrique Perpiña pusieron fin a un igualado primer período, 12-14. 

Segundo cuarto: un pique sano entre aficiones

Los visitantes abrían el cuarto con una trabajada jugada de pizarra desde línea de fondo que Santiago Álvarez finalizaba sin oposición tras una bonita triangulación. Al instante llegó la respuesta Napoleona, y nada más entrase el lejano lanzamiento de Manuel González el ruido en la grada se hacía ensordecedor. En las instalaciones del Recuerdo ya no cabía un alma, y mientras que Carlos Soutela encendía a los suyos pasándose el balón por la espalda en una habilidosa acción, los aficionados Abejorros convertían los tiros libres locales en un infierno con cánticos y ruidos de megáfonos.

En estos instantes las vibraciones y la tensión se habían adueñado del encuentro, y aunque la anotación brillase por su ausencia, un portentoso coast-to-coast de Álvaro Rodríguez y otra escurridiza bandeja a manos de Enrique Perpiña conseguían transformar la intensa defensa amarilla en puntos a su favor para irse a los vestuarios perdiendo tan solo por 22 a 21.

Tercer cuarto: imposible estar más igualados

No había transcurrido ni un minuto de acción y los Abejorros ya se habían colocado 21-27 con tres contras vertiginosas. Pero cuando se disponían a solventar el cuarto contraataque consecutivo en lo que parecía una canasta fácil, resurgió Fernando Román colocando un estratosférico tapón a la altura del aro (¡contra el tablero!) que hizo enloquecer a los seguidores Napoleones.

Esta acción defensiva servía como declaración de intenciones, demostrando que los locales no se iban a dejar amedrentar ante su público. Y a pesar de otra canasta a la contra por parte de los visitantes, el conjunto dirigido por Ángel Alonso entró en racha para empatar el tanteo: perfeccionada triangulación para un triple de Jorge Blanco, una delicada bandeja besando la red (precedida por un ágil rizo en poste bajo) por parte del mismo jugador, y la guinda final fue el tercer lanzamiento desde más allá de 6,75 de Fernando Román. Nos íbamos al último cuarto con 33-33 en el electrónico.

Cuarto cuarto: Álvaro Rodríguez se hace con el partido

Es cierto que este período final tuvo un nombre propio, pero en los primeros instantes del mismo se le sumó una segunda figura que puso gritos y exclamaciones de júbilo en las bocas de todos los Napoleones: Manuel González. El alero de los locales anotaba en el primer ataque del cuarto, y aunque Íñigo Rodríguez diese la réplica a trompicones, Manuel González abría una brecha de 5 puntos convirtiendo un tiro desde la línea de tres. Los de amarillo consiguieron transformar dos ataques seguidos, recortando la diferencia hasta un mísero punto, pero Manuel González se coronaba con otro canastón (¡9 puntos consecutivos llevaron su nombre!).

Fernando Román había pasado a un plano secundario en ataque, pero en defensa seguía robando balones como si le estuviese quitando caramelos a niños (terminó con 6 robos en su cuenta). Pero fue entonces cuando el conjunto bajo las órdenes de Pere Estefanell subió líneas y decidió que si querían ganar, habría de ser desde la defensa, por lo que el buen hacer defensivo de Román no conseguía modificar el tanteo en un marcador que lucía el 42-42 a falta de tres minutos.

Por este momento, Álvaro Rodríguez ya estaba en racha, y a pesar del contacto conseguía finalizar una penetración que ponía a su equipo por delante. La presión y el ruido de los aficionados locales provocaban multitud de fallos en los tiros libres de Maravillas, pero una vez que Rodríguez se hacía con la posesión en campo abierto, no había afición ni defensa que pudiese frenarle: habilidoso euro-step que ponía los 4 de ventaja para los visitantes. 

Manuel González seguía entonado y acercaba a su equipo a tan solo dos puntos bajo los cánticos Napoleones de “¡sí se puede!”. Y quizás sí que habrían podido, pero solo si Álvaro Rodríguez no estuviese en el equipo rival: este reboteó, se recorrió toda la pista, se jugó un aclarado con toda la responsabilidad en sus manos y finalizó el uno contra uno con un poderoso 2+1 que pulverizó todas las esperanzas de los jugadores de Recuerdo.

Álvaro Rodríguez fue el indiscutible MVP y el máximo responsable de que Maravillas vaya a jugar los Octavos de Final, pero toda la plantilla Abejorra aportó su granito de arena en tareas defensivas secando a Fernando Román en los instantes decisivos del encuentro. Por parte de Recuerdo, muchos jugadores dieron un paso adelante cuando su mejor jugador no lograba zafarse de la excelsa defensa amarilla, pero desafortunadamente no fue suficiente como para meter a su equipo en la siguiente fase de la Copa Colegial.